Habitación 406

Jesús Carrasco-Muñoz y Encina (1869-1957)  fue un importante arquitecto modernista español, hijo a su vez de arquitecto, al que se debe la construcción del Hotel Victoria, ubicado en la plaza de Santa Ana de Madrid. Que desde el inicio de su construcción en 1919 se llamó Reina Victoria, hasta que la II República lo redujo a su actual nombre. Este hotel es un icono de la arquitectura madrileña contemporánea, pero igualmente un compendio de historia. Por lo que ha sido. Y por lo que fue el solar en donde se edificó. Pues allí se encontraba desde 1811 el palacio de los condes de Teba, entonces Cipriano Palafox y Portocarrero y María Manuela Kirpatrick de Closeburn y de Grevignée, padres de Eugenia, emperatriz de Francia, y Francisca de Montijo, duquesa de Alba. Dama Manuela que, en origen, era hija de un vinatero escocés de confesión católica afincado en Málaga a quién Estados Unidos encomendó su representación consular en la ciudad. Y que después sería amiga y protectora de Prospero Merimé, que escribió los primeros capítulos de su novela Carmen en su palacio madrileño puesto que cada vez que el escritor se desplazaba a España en él se alojaba como huésped distinguido de tan aristocrática familia. Habitación 406Pese a que el inmueble que alberga el Hotel Victoria fue proyectado en la doble condición de establecimiento comercial –Almacenes Simeón- y  hotelero, su tránsito en la historia ha quedado registrado principalmente por esta última actividad. Fue en un principio el hotel preferido de grandes toreros. Y después, de grandes músicos y grupos de rock. Manolete siempre ocupaba la habitación 406. Y Pablo Milanés, la 506. Otros de sus habituales clientes fueron Mazantini, Arruza y Luis Miguel Dominguín, en cuanto a toreros. Escritores y actrices que les seguían, caso de Hemingway y Ava Gardner. Y músicos como Loquillo, Luz Casal, Seguridad Social y Jarabe de Palo. El Hotel Victoria se caracteriza por sus miradores acristalados, pero fundamentalmente por su pináculo. Característica peculiar del arquitecto Carrasco-Muñoz, que fue igualmente quién culminó en 1914 la obra de la Iglesia de la Concepción, de la calle Goya. Y que está rematada por un campanario de 71 metros de parecido diseño. Este arquitecto es igualmente autor de la Basílica de Jesús de Medinaceli (1927-1930). Del edificio de la Central Eléctrica del Mediodía (1899) recuperado e integrado por Herzog&De Meuron como sede en Madrid de Caixaforum. Y de uno de los templos del periodismo del siglo XX, la antigua sede del semanario ilustrado Nuevo Mundo y de los diarios La Voz y El Sol, en el número 14 de la calle Larra (1906-1908). Un edificio con planta trapezoidal, montera de vidrio a color habilitada para proporcionar luz solar a la antigua sala de rotativas y un jardín ingles cuyo frontis contiene cerámica de Daniel Zuloaga. Por allí pasaron Ortega, Marañón, Unamuno, Valle Inclán, Menéndez Pidal, Corpus Vargas, Asín Palacios y otros grandes escritores, periodistas e intelectuales de la época. Hoy es la sede de la Fundación Diario Madrid.