Matisse en Granada

Sábado 16. Estoy en el Albayzín. Caminando desde el Mirador de San Nicolás a la Plaza Larga. Tras cruzar la Puerta Nueva. O también llamada Arco de las Pesas, por ser el lugar donde se colgaban las pesas que se decomisaban por fraudulentas. La Plaza Larga presenta aspecto de zoco con sus tenderetes de fruta fresca. Donde estos días de otoño se vende la graná de grano negro. Que es fruto de invierno, como las chirimoyas, los mangos y los aguacates que al alba llegan a Granada desde la costa de Motril. O lo boniatos, que son también de temporada. Y que los maestros confiteros seleccionan para elaborar con ellos la crema de batata de los buñuelos de viento. Dulce de Todos los Santos. Casa Pasteles (antes La Estrella) lleva aquí desde 1928. Dándole café mañanero a los albaicineros. Que suelen compartir con bollería fina. O con pan tostado que cubren con aceite y miel. El cambio de estación es patente en Casa Pasteles. Donde la venta de mantecados de su obrador ha sustituido a la veraniega leche rizada. Que es como en Granada se conoce a la leche merengada. Que se sirve en copa alta acompañada de canela. El Albayzín me va enseñando sus colores (y también sus olores) en esta soleada mañana de sábado otoñal. En la que no puede faltar La Porrona. Gitana artista de la Plaza Larga. Rebosante de arte como ella sola. Y que acaba de abrir su taberna flamenca a la espera de la carretilla del camión de la Coca-Cola. O de Cervezas Alhambra. Que no pueden llegar hasta aquí. Dolores, que así se llama La Porrona, encandiló a Michelle Obama cuando en agosto visitó el Sacromonte. Allí le esperaba a sus 56 años, pero con las piernas perfectas para bailarle unas bulerías. Desde entonces se siente más importante. Pese a ser todavía objeto de guasa por haberle cambiado el apellido. Porque la llamó Mojama. Y ella tan fresca. La Porrona es la alegría de la Plaza Larga. Y también un referente. Conoció a Ava Gardner. Tiene foto con los Reyes. Y trabó amistad con Pedro Duque, el astronauta español. Es una profesional tratando a los turistas. Pués no en vano empezó a ganarse la vida de niña posando para ellos por unas perras a la puerta de las cuevas. El Albayzín acumula sonrisas. Y no es barrio de penas. Me soprende la amabilidad de las dependientas de Casa Pasteles. Con la fotografía en blanco y negro de la fundadora –Ángeles Fernández López– presidiendo el local. Y esa gama de nombres que reciben sus dulces. Aceitones. Angelillos. Alegrías. Monaguillos. Ambrosias. Cuando un barrio es feliz se nota en sus gentes. Que trasiegan en bullicio por la calle de Panadería. Donde se encuentra la pescadería de La Isabelita. Los mejores boquerones de Granada. Y el horno de los Hermanos Solana. Desde 1864 despachando hogazas de pan blanco de trigo a los albaicineros.

odalisca-sentadaDesconozco si Henri Matisse visitó el Albayzin antes que la Alhambra cuando viajó a Granada en diciembre de 1910. Yo lo hago siempre. De hecho, anoche recorrí en laberinto las calles empedradas del barrio. Contemplando sus cármenes, iglesias y aljibes. Después de cenar en el El Huerto de  Juan Ranas.  Y acercarme a la capilla de San Nicolás. Que allí sigue con su mitra y su báculo. O también vara. Prometiéndole volver hoy. Cuando el barrio despierta. Y los primeros rayos de sol descienden sobre la Alhambra. Llenándola de colores. Porque el otoño en Granada es una segunda primavera donde cada hoja es una flor. Y cada día nace distinto en función del azul de su cielo. He viajado a Granada invitado por mi amiga Soledad López para presenciar la exposición que en el Palacio de Carlos V conmemora la visita de Matisse a la Alhambra. De esto hace justamente cien años. Y si bien podemos presumir de que por aquí estuvieron Irving, Gautier, Dumas o Ford -entre otros viajeros-, fue hasta hace muy poco cuando descubrimos que el pintor francés había visitado también los palacios nazaríes. En cuyo libro de visitas registró su firma. Dicen que Matisse acudió a la Alhambra cuando se encontraba en pleno proceso de búsqueda estética hacia un espacio pictórico autónomo y de renovación formal. Pero lo que hizo Matisse en Granada fue acudir al encuentro de la adelantada de Oriente. Que es como yo llamo a la Alhambra. Lo que representa un antes y un después en el artista. Atrás, La Argelina (1909), que es consecuencia de un viaje previo al oasis de Biskra. Y más adelante La Marroquí (1912), pintada en Tánger. Para llegar -ya en los años veinte- a sus Odaliscas. Que pinta en Niza. Tres de las cuales han viajado con la exposición a Granada. La de pantalón rojo (1921), del Centro Pompidou. La sentada (1926), que pertenece al Metropolitam Museum. Y la que descansa sobre silla turca (1926-28), que procede del Museo de Arte Moderno de Paris. Matisse es uno de los grandes artistas europeos del siglo XX. Que ejerció con maestría el lenguaje del color. Y que descubrió la fuerza de la luz en sus incursiones orientales. Biskra. Granada. Tánger. Los tres lugares que eligió en su búsqueda artística de lo islámico. Que es la fuente de sus colores. Curiosamente los mismos que me encuentro en este paseo matinal por el Albayzín. Pero en escala cromática. Desde el Mirador de San Nicolás. Con la silueta bermeja de la Alhambra enfrente. A la Plaza Larga. Bodegón moruno de Granada.

Carmen es una vieja gitana que cada mañana acude al mirador de San Nicolás. Ocupa un banco de espaldas a la Alhambra. Porque vende castañuelas. Y desde su ubicación avista enseguida a los grupos de turistas que llegan allí impresionados por el gran espectáculo natural que ofrecen los palacios nazaríes sobre el cerro de La Axabika. Hoy no es su día. Y de ello se queja sin alterar el ritmo suave de su deje granaino. “Que yo lo sé”, me dice amarrada a su sabiduría. Cuando un joven turista chino intenta regatearle dos euros por unas castañuelas que pregona a siete. Y mientras hace compás con un gitanillo pegado a una guitarra que canta fijando sus ojos en la Alhambra. Esta rumba tan flamenca/ que Los Chichos componemos/ son, son, para que la bailes/ son, son, para cantarlas al viento… Convencido estoy de que Matisse hubiera incoporado a Carmen a su serie de Odaliscas. Sentada en su trono de San Nicolás. Y con los palacios nazaríes de fondo. Porque desde este mirador albaicinero se contempla El Partal, El Peinador de la Reina, la Torre de Comares y el Mexuar, además del campanario de Santa María. Iglesia levantada en el siglo XVII sobre el solar de la mezquita mayor. Y que emerge de la frondosa arboleda junto a las otras construcciones. Al igual que el Palacio de Carlos V y la Torre de la Vela, con sus cuatro banderas al viento. O las Torres Bermejas, tan solitarias como esquivas en este impresionante cuadro que sólo se da en Granada. Una de la ciudades más bellas del mundo. Matisse estuvo aquí tres días. Seducido por el arte decorativo de la Alhambra. Y la luz que se filtra desde las celosías palatinas. Tan presente después en su pintura. O en los fondos de sus Odaliscas. Que parece que nunca salieron de la corte nazarí. O del zoco de la Plaza Larga. Que es ahora todo un murmullo en zarambanda. Con La Porrona guisando para los turistas. Un joven despistado preguntando por la casa donde nació Enrique Morente. Y Casa Pasteles desprendiendo aromas confiteros. Que si canela y clavo. Que si coco y vainilla. Mientras los vendedores de fruta fresca resaltan las virtudes originales de cada pieza. Chirimoyas de Motril, mangos de Almuñécar. Nueces, castañas y boniatos. Barrio del Albayzín. Estampa mora de Granada. Arco de las Pesas. Mirador de la Alhambra. Donde un gitanillo canta al viento. Y al compás de mi guitarra/ bailarás con alegría,/ que hay un piano tocando/ esta alegre melodía/ y una maraca sonando/ con aire de Andalucía.

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    34 opiniones en “Matisse en Granada”

    1. Os recomiendo la lectura de Cuentos de la Alhambra, de Washington Irving. Es una obra del siglo XIX pero no ha perdido actualidad porque cuenta de forma novelada leyendas de moros que se sucedieron en la fortaleza. Salut!

    2. Buenos días, Fernando. Que lugar más bonito has elegido para la cena. He estado dos o tres veces en el huerto de Juan Ranas y, aparte de que se come muy bien, su vista de la Alhambra es espectacular, sobre todo en la terraza de arriba. Me has puesto los vellos de punta con tu artículo porque Granada es mi ciudad preferida, con el Albaicín para ver y el Realejo para pasartelo bien. Me gusta ir en Semana Santa, que en Granada es muy bonita, con las procesiones que bajan del Albaicin e incluso desde la Alhambra, como esa Virgen de las Angustias con su trono arabesco. Que bonito todo y que ciudad tan especial a la que cuando puedo vuelvo. Después de leerte va a ser que pronto. Muchas gracias.

    3. Matisse en Granada o los piononos de Casa Isla…Cuando visito Granada no busco museos o señoras sentadas en cuadros sino el movimiento de la luz,de los sonidos,de los oloresy de los contrastes.Aún me sabe a canela la mirada hacia la Alhambra.

    4. Ciudad de sensanciones, de luces y de sombras, de amores imposibles, de colores de invierno, de la nieve y del sol, de acequias en paz y de flores que hablan.

      Mora o cristiana, …siempre Granada.

    5. En el año 2007 no se qué organismo de esos que haceN mucho ruido y están sujetos al marketing internacional organizó una especie de concurso para catalogar las nuevas siete maravillas del Mundo. Creo que fue la Junta de Andalucía la que propuso a La Alhambra para ese concurso, compitiendo con la Muralla China, el Pan de Açucar beasileño, Petra, el Machu Pichu, el Taj Majal y otros tantos más hasta 21 neomaravillas. Eliminaron a La Alhambra no para verguenza de ningún español sino de quienes la presentaron a un concurso porque si hay algo hortera y ridículo es presentar una joya como La Alhambra a un concurso de maravillas del mundo. Una pena, pero que nos quede de consuelo que también eliminaron la propuesta de los giregos, que era el Partenón. Uan vez más hicimos el ridículo, aunque en este caso lo compartimos con Grecia, que parece que se está convirtiendo en nuestra compañera de viaje en los desastres. ¡Vaya políticos que tenemos, Madre!

    6. PALETOS HAY A ESPUERTAS, PILAR. PODRIA ESTAR ESCRIBIENDO TODA LA NOCHE CASOS QUE CONOZCO DE PALETEZ POLITICA. AHORA, ESO DE CREAR UN CONCURSO DE MARAVILLAS DEL MUNDO ME PARECE MUY KITCH Y QUE LA JUNTA DE ANDALUCIA ENTRE AL TRAPO, QUE SE LE HA IDO LA OLLA A ALGUIEN. JODER, CON LO BONITA QUE ES LA ALHAMBRA PARA DEVALUARLA CON ESTAS ESTUPIDECES…

    7. No me cansaría de viajar cada año a Granada. ya pueblos de su entorno como Albolote, Monachil, etc, etc. No sólo es una bonita ciudad, es que tiene historia, arte, vegetación, palacios y barrios preciosos, fiestas muy tradicionales y buenísima gastronomía. Me gusta la barra de Cunini, el restaurante Las Tinajas y los helados de los Italianos, en la Gran Vía. Mi lugar preferido de Granada es la plaza Birrambla porque siempre me he alojado cerca de allí y me encanta esa vida urbanita que se crea en su alrdedor, sobre todo en las noches de verano Un saludo, Fernando..

    8. …pués hay otro sitio estupendo para ver granada en panorámica: la terraza del hotel alhambra palace.

      se puede ver perfectamente la ciudad y sierra nevada porque la alhambra y el generalife están al lado y se puede también ir andando hasta allí.

      el hotel es muy antiguo, de estilo arabe por lo que parece que estás en un lugar del oriente.

      bonito y recomendable, así como su ubicación entre cármenes preciosos y jardines impresionantes.

    9. La descripción que haces del Albaicín -ese barrio o arrabal de los nazaríes, alma de la ciudad de Granada desde tiempos medievales hasta hoy en día- no puede ser más completa. La captamos casi por los cinco sentidos: mucho olor y aromas de pasteles y café y frutas diversas, lo que se nos despierta el sabor. Hay sonido propio de barrio bullicioso y hasta música de tabernas flamencas. Placer para la vista por el colorido variopinto de sus tiendas y escaparates. Es un cuadro muy elaborado. Pero le pones algo más. Le pones alma, reflejada en el estado de ánimo de sus habitantes. Esa alegría de sus gentes que has captado tan bien, nos llega también a nosotros. En ese párrafo construyes prácticamente un retrato, como si fuera un ser con vida que aparte de sus rasgos físicos conocemos también su forma íntima de ser, su cáracter y temperamento.
      Nunca termina uno de hablar de Granada. La belleza de sus monumentos es extraordinaria y la importancia de sus visitantes va a la par. Amaya alude a Mariana Pineda ¿heroína? ¿víctima? granadina, inmortalizada en la obra de Federico García Lorca. Mujer que dio su vida por la libertad y en contra del absolutismo de Fernando VII, guiño de Federico por coincidir el momento de la redacción de la obra con el golpe de estado de Primo de Rivera (1923)
      Granada fue el último reducto árabe en la península, que sucumbió ante los Reyes Católicos. Esto son cuestiones políticas, que protagonizan los gobernantes. El padre de Isabel la Católica -Juan II- intentó la conquista de la ciudad sin éxito. Y es que Granada, ¿ quería ser cristiana o mora? Siempre pienso en un romance, voz del pueblo por antonomasia, donde Granada está personificada en una mujer, a quien el rey Juan pide en matrimonio. He aquí la escena del galanteo y el rechazo de la mujer:
      “-Si tú quisieses, Granada, -contigo me casaría;
      daréte en arras y dote -a Córdoba y a Sevilla.
      -Casada soy, rey don Juan, -casada soy, que no viuda;
      el moro que a mí me tiene -muy grande bien me quería.
      (Romance de Abenámar)

    10. En este artículo dices cosas muy bonitas: que los granadinos llaman leche rizada a la leche merengada; los nombres de los dulces de Casa Pasteles y la exposición de Matisse que no quiero perderme. Si hubiera pintado a Carmen, probablemente le hubiera dado un aire de misterio y perplejidad que para nosotros ya no tiene.

    11. La Porrona, Carmen la de las castañuelas, colores, olores y otras magias que acercaron a sus calles a todo tipo de artistas. El Albayzin bien merece un viaje con todos los sentidos. Gracias Fernando por recordárnoslo con tanto gusto.

    12. Don Fernando, que los helados de Casa Pasteles son tan ricos como los de Los Italianos y los pasteles tan buenos como los de López Mezquita. ¿Está de acuerdo?

    13. Los granainos más importantes del siglo XX:

      Federico García Lorca

      Luis Rosales

      Enrique Morente

      Miguel Rios

      Carlos Cano

      Francisco Ayala

    14. Tu relato me ha traído a la memoria recuerdos muy bonitos y felices. Estuve en Granada, hace muchos años, en compañía de mi padre que hizo de cicerone. Él era de Sevilla, y llevaba Andalucía en las venas con un orgullo que a veces era desbordante.
      Si visitara ahora Granada, después de tanto tiempo, seguro que sería como ir a ver algo nuevo, por eso me ha gustado tanto lo que escribes, porque lo haces tan bien… que consigues que el lector sienta cada cosa que vas describiendo.
      ¡Que suerte la tuya! Disfrutar de Granada y de Matisse, a la vez.

    15. Te puedes creer, Fernando, que no conozco Granada y no por falta de ganas, sino que siempre que hemos intentado viajar a esa ciudad ha ocurrido algo que lo ha frustrado. Lo más cerca que he estado ha sido en Málaga y Sevilla, y a punto estuve de ir en ese viaje pero se trastocó todo y me quedé sin poder ver la Alhambra, el Generalife y Sierra Nevada. Tu post me ha animado y te prometo que viajaré lo más pronto posible. He rebuscado en Internet hasta cuandoestá abierta la exposición de Matisse y parece que es hasta febrero, así que creo que me dará tiempo. Iré a ese barrio del Albaicín pero con la chuleta de tu post, con los nombres que después de leerlos tantas veces me resultan ya familiares, como La Porrona, la Plaza Larga, Casa Pasteles, Carmen la de las castañuelas y El mIrador de San Nicolás. Enhorabuena y muchas grcias por deleitarnos con tu delicada escritura.

    16. Al igual que explica que la Iglesia de Santa María de la Alhambra es posterior a la conquista podría haber explicado también que el Peinador de la Reina, construido para la esposa de Carlos V, así como el desproporcionado y nada atrayente palacio que lleva el nombre del emperador, son posteriores al periodo nazarí, por lo que la Alhambra es hoy algo más que unos palacios nazaries. Es importante también saber que el corte que presenta el cerro no es de origen natural sino como consecuencia de la explosión de un arsenal cristiano en el siglo XVI que causó también destrozos en las construcciones originales del conjunto.

    17. Pocas personas saben que Henri Matisse se refugió durante la Primera Guerra Mundial en Collioure, la pequeña ciudad balneario del Mediterráneo próxima a la frontera española donde años después moriría Antonio Machado en su huida del exilio. En el cementerio de Collioure descansan los restos del poeta español.

    18. En ese albayzin, espejo en el que se mira la Alhambra, no se pueden perder el Palacio de Dar Al-Horra. Su nombre en árabe significa “casa de la señora honesta” y porque en ella vivió una temporada Axia, la madre de Boabdil El Chico. Su arquitectura sigue el estilo nazarí al igual que la Alhambra.Éste, como otros tantos palacios de Granada, paso a manos de los Reyes Católicos, siendo cedido por éstos a Hernando de Zafra que fue secretario suyo.

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