[Duro sevillano]

Las noticias falsas [fake news] que hoy nos abruman no constituyen un fenómeno de la era Trump como algunos creen. Porque son tan viejas como la intencionalidad de quienes las difunden. Fake news fue el término más utilizado durante 2017 en Occidente, según el Oxford English Dictionary. Aznar [José María] experimentó las fake news al adjudicarle a ETA -a conciencia- la autoría del 11-M. Y también el diario El País cuando publicó –sin contrastar- aquella fake photo de Hugo Chávez en el quirófano. En la España de entre siglos, Francisco Silvela, presidente del Consejo de Ministros, calificó de duro sevillano una inexistente conspiración republicana cuyo epicentro situaban algunos periódicos en Écija [1899]. Y Valle-Inclán encontró en el esperpento Los Cuernos de Doña Friolera un hueco para incorporar la terminología al teatro [1921]. Convertido en sinónimo de falso, duro sevillano fue adoptado por el pueblo llano en su léxico castizo. Y empleado a diestro y siniestro cuando a lo postizo se le quería dar autenticidad. tres-hombres-a-la-mesaLa del duro sevillano fue la falsificación más importante de la historia de España porque era muy difícil distinguir la moneda legítima de la réplica, dada la pureza de su metal. La caída del precio de la plata en los mercados ayudó al fiasco, puesto que por muy alta que fuera la aleación empleada siempre estaba por debajo del valor real de la moneda. Pese a que se le atribuye a Sevilla el origen, la realidad es que los primeros duros falsos circularon en Barcelona [1894]. Lo de asociar el delito a la capital andaluza es consecuencia de un falke news que le hicieron al año siguiente a un honrado industrial de la ciudad, de nombre José Cobián y Rual, propietario de una importante fundición que fabricaba latón y camas de hierro, ubicada en la desaparecida Puerta de San Juan [entre las calles San Vicente y Torneo]. Fruto de una posible vendetta por encargo, el periódico federalista La Voz Montañesa [Santander] publicó una serie de artículos acusando Cobián y a su fundición de ser los artífices de aquellos duros falsos, pero si aportar pruebas. Y basando las afirmaciones en una carta anónima. El industrial llevó al director [Antonio María Coll y Puig] y al reportero autor de la noticia [Roberto Castrovido Sanz] a los tribunales, iniciando así una larga batalla judicial que acabó en el Supremo, que absolvió al primero. Y condenó al segundo a dos meses de arresto, que no llegó a cumplir porque el querellante le perdonó. Durante años los duros siguieron circulando, ya que la falsificación jamás fue perseguida. En 1908, gobernando Maura, su ministro de Hacienda [Cayetano Sánchez Bustillo] promovía el canje de estos duros por su valor nominal en plata al tiempo que adoptaba medidas para controlar la circulación de los lingotes con el fin de evitar el mal uso del preciado metal. “Sevilla era bien acomodada para cualquier granjería y tanto se lleve a vender como se compra, porque hay marchantes para todo. Es patria común, dehesa franca, ñudo ciego, campo abierto, globo sin fin, madre de huérfanos y capa de pecadores, donde todo es necesidad y ninguno la tiene” [De la serie Cuaderno emérito, 2018].

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Cita literaria: Vida y hechos del pícaro Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán. Ilustración: El almuerzo, de Diego de Velázquez.

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