[Rostro oculto]

La industria estadounidense del comic-book puso de moda a los superhéroes en los años 30 del siglo pasado. Desde entonces, niños de todas las  generaciones acuden a ellos en busca de ideales de complicidad y fantasía para sus lecturas. Y juegos de entretenimiento, además del cine y la televisión. Superman irrumpió en 1938, en un combinado del escritor estadounidense Jerry Siegel [1914-1996] y el dibujante Joe Shuster [1914-1992]. Y, un año después, le siguió Batman, creado por otros dos estadounidenses: Bob Kane [1915-1998] y Bill Finger [1914-1974], ilustrador y autor de los guiones, respectivamente.  Sin embargo, desde 1919 existía ya El Zorro, fruto de la imaginación del periodista Johnston Mc Culley [1883-1958], igualmente estadounidense. El Zorro, Superman y Batman son héroes de ficción que luchan contra el mal. Y que alternan la normalidad de sus vidas con el secreto de la identidad, separando la real de la ilusoria. El aristócrata californiano Diego de la Vega es El Zorro. Clark Kent, reportero del Daily Planet, Superman. Y el multimillonario Bruce Wayne [Bruno Díaz, también], el murciélago encapotado. el-santo-enmascarado-de-plata-serie-de-television-lucha-libre-mexicana-la-aficion_milima20180116_0196_8Ficción no fue El Santo. Porque tras su máscara de plata coincidían el héroe popular y el rostro humano del mexicano Rodolfo Guzmán Huerta [1917-1984], luchador profesional y actor. Transformado en 1952 en héroe del comic mexicano, gracias al dibujante jalisciense José Guadalupe Cruz Díaz [1917-1989], El Santo jamás  fue desenmascarado en la lona. Tampoco en el cine, en donde protagonizó 52 películas entre 1958 y 1982. Pese a alguna que otra deslealtad periodística en contra de su voluntad, sólo mostró su identidad motu proprio una vez, en el curso de un programa de televisión emitido en 1984. Y no le dio tiempo a repetirlo porque diez días después de ponerle cara al mito fallecía en Ciudad de México a los 66 años. El Santo ha dejado descendencia en la lucha libre pues tras él llegó su primogénito El hijo de El Santo. Y El Santo junior, su nieto. Pero solo fue dentro del cuadrilátero, porque el ídolo que encandiló a México con su máscara de plata es único y no comparte leyenda ni permite sustituto.  El mito de El Santo trascendió más allá del país azteca. Y con fuerza llegó a España a través del cine, como la película El Santo vs. Las mujeres vampiros, que fue exhibida en 1965 en el Festival de San Sebastián, aunque fuera de competición. En esos años, los niños españoles ya tenían sus propios héroes nacionales. Caso de El Guerrero del Antifaz, creado en 1943 por prolífico artista  Manuel Gago García [1925-1980]. El Capitán Trueno [1956], del dibujante Miguel Ambrosio Zaragoza [1913-1992] y el escritor Victor Mora Pujadas [1931-2016]. O El Jabato, también de Mora Pujadas y el ilustrador Francisco Darnís Vicente [1910-1966].  “Ninguno es la ausencia de nuestras miradas, la pausa de nuestra conversación, la reticencia de nuestro silencio. Es el nombre que olvidamos siempre por una extraña fatalidad, el eterno ausente, el invitado que no invitamos, el hueco que no llenamos” [De la serie Cuaderno emérito]

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Cita literaria: Máscaras mexicanas, de Octavio Paz. Ilustración: Fotografía de Rodolfo Guzmán Huerta, caraterizado de El Santo.